CDMX.- Desde el año 2004, el día 11 de marzo quedó fijado como la ocasión para conmemorar el Día Europeo de las Víctimas del Terrorismo, coincidiendo con la fecha en que se perpetró en Madrid el brutal atentado en el que murieron 192 personas y 1.893 resultaron heridas. La Unión Europea decidió expresar cada año, en ese día, la solidaridad y apoyo que ofrecen a todas las víctimas y sus familiares.
Considerando este terrible ataque y otros, como el ocurrido el 7 de julio de 2005 en Londres, la Unión Europea y los Estados miembros han incrementado y reforzado su lucha en este sentido. Y es que el terrorismo constituye un problema que se ha extendido ya por todo el planeta. El diccionario de la Real Academia Española (RAE) define terrorismo como: “actuación criminal de bandas organizadas, que, reiteradamente y por lo común de modo indiscriminado, pretende crear alarma social con fines políticos”. Ahora bien, como indica la escritora Jessica Stern, parece haber dos características en común que distinguen al terrorismo de otras formas de violencia: que el terrorismo va dirigido contra los no combatientes y que quienes cometen los atentados utilizan la violencia para causar un fuerte impacto en la población e infundirle miedo, y no tanto para provocar daños físicos. Sea como sea, lo cierto es que miles de personas y niños inocentes sufren cada año las consecuencias de estos lamentables actos.
Los seres humanos llevan miles de años tratando de resolver por sí mismos sus problemas políticos, religiosos y sociales, pero todos sus intentos han resultado fallidos. A este respecto, los testigos de Jehová creen que es posible un mundo sin violencia ni terrorismo, siempre y cuando el hombre confíe en Dios para conseguirlo. Jesús, uno de los hombres de los que más se ha hablado a lo largo de la historia, tanto por creyentes como por escépticos, afirmó en la Biblia que “la sabiduría queda demostrada por sus resultados”. De este principio bíblico se desprende que el terrorismo no es la solución a los males mencionados, puesto que sus frutos no han sido libertad y felicidad sino muerte, sufrimiento y destrucción.
Algunas de las razones presentes tras estos ataques violentos son elementos como el odio, la opresión, la frustración o la injusticia y el deseo de conseguir un mundo mejor, más justo y unido; algunos de ellos ideales muy loables, que son opacados por el empleo de la violencia para ser alcanzados. Las personas que deciden escuchar la palabra de Dios sin reservas han sido capaces de ir más allá de cualquier diferencia política, geográfica, ideológica, de raza, sexo o color y convivir todos unidos con una misma ideología de amor, respeto, tolerancia y neutralidad, bajo el liderazgo que solo el Creador de la humanidad puede ofrecer.
Es por ello, que algunas personas que han practicado la violencia durante muchos años han cambiado radicalmente su forma de pensar, al leer y analizar las profecías bíblicas en las que Jehová ―que es el nombre propio de Dios― promete un mundo diferente. “No alzarán espada, nación contra nación, ni aprenderán más la guerra”, “Realmente se sentarán, cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá nadie que los haga temblar”. Son algunas de las afirmaciones que contiene la Biblia. ¿Se imagina algo que produzca más temblor que las catastróficas e inesperadas consecuencias de un ataque terrorista? La Congregación Cristiana de los Testigos de Jehová lo invita al sitio www.jw.org donde podrá encontrar información esperanzadora y en profundidad, acerca de este y otros tantos temas que inquietan a la humanidad hoy en día.