Matamorenses esperan que nuevo alcalde les cumpla lo que otros prometieron

Son varios los retos que Miguel Angel Ramírez López deberá superar, señalan

Domingo López Bustos-Sergio Enrique Guajardo/Reporte Laguna

MATAMOROS, Coahuila.-

En un sondeo realizado en diferentes sectores de esta cabecera municipal, la mayoría coincidió en que son varios los retos que el nuevo alcalde, Miguel Angel Ramírez López deberá superar, uno de ellos es el de la planta tratadora de aguas residuales, que se localiza en terrenos del ejido Morelos.

Resulta que las instalaciones de esa planta, que en su momento, su construcción tuvo un costo de 54 millones de pesos, hace 13 años, pero nunca se puso en funcionamiento, debido a que el gobierno del estado, a través de la Comisión Estatal de Aguas y Saneamiento (CEAS), no pagó la última etapa de la construcción, lo cual derivó, en la suspensión por parte de la constructora que incluso hubo de interponer una demanda.

Posteriormente ya no se supo nada al respecto, pero aún y con todo ese problema legal, se dispuso a personal de vigilancia, además de bardear el área perimetral de la referida planta.

Sin embargo, desde el año pasado, ese sitio ha sido vandalizado y saqueado por desconocidos, gracias a que ya no existe dicha vigilancia, se están robando accesorios de diferente tipo, han provocado incendios, han quebrado infinidad de vidrios de ventanas.

De acuerdo con lo que establece el reglamento de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), un municipio con 100 mil, o más de esta cantidad de habitantes, las autoridades municipales y estatales tienen la obligación de construir una infraestructura de este tipo so pena de estar sujetos a las sanciones que se dictan en la legislación correspondiente.

Como esta obra, así, los matamorenses le exigirán a las nuevas autoridades locales, además de las obras que les están prometiendo, pavimentación, alumbrado público, agua y drenaje, entre otros-, que también contemple la planta tratadora de aguas negras, un nuevo rastro municipal, un nuevo panteón y un bosque o más áreas verdes, que han quedado en puras promesas de parte de los anteriores presidentes municipales.

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