Domingo López Bustos / Reporte Laguna
Matamoros, Coahuila
Para evitar afectaciones, a la población civil, tanto de este municipio, como de Viesca, es necesario realizar obras de infraestructura en el río Aguanaval, tanto en su cauce, como en sus márgenes y vialidades, ya que cuando lleva un gasto de más de 600 metros cúbicos por segundo, pone en riesgo la integridad y los patrimonios de los habitantes de ejidos aledaños a dicho afluente que nace en el vecino estado de Zacatecas.
En un recorrido por el río en mención, en el cuadro bajo de Matamoros, observamos que los canales adyacentes -de tierra-, están asolvados, con hierba, lo mismo que el lecho seco.
Si bien es cierto que, ese río no avisa cuando va a llevar agua por su cauce , incluso ha habido años que no lleva agua, por lo que no se puede establecer un ciclo agrícola en ese sector y los productores siembran sus tierras de temporal, cuando recibe un gasto superior a los 600 metros cúbicos, no la pueden aprovechar para regar sus parcelas.
Desafortunadamente, se tienen datos históricos en los que las aguas broncas del Aguanaval han provocado inundaciones en varias comunidades de ambos municipios, destruyendo viviendas y acabando con algunos animales de traspatio, como: Gallinas, puercos, chivas.
También hay documentos de peticiones de esos gobiernos municipales en donde se solicita la intervención de los estatales y federales para construir un puente que fue colapsado por la fuerte corriente del agua, así como los bordos de más de tres metros de altura que, con tierra construyen los habitantes de los ejidos aledaños y que se ha comprobado en algunos casos que los derrumba el agua.
Para los productores agropecuarios de esa región, es menester realizar un buen estudio de ese río, para invertir en obras de protección a la población, así como de infraestructura hidráulica para, cuando lleve agua ese afluente de Río Grande Zacatecas, no cause estragos y, por el contrario se aproveche para regar los predios agrícolas de temporal de esa zona.