Domingo López Bustos / Reporte Laguna
MATAMOROS, Coahuila.-
«Para combatir totalmente la maleza y plagas, como el picudo, gusano rosado y el pulgón amarillo, se requieren unos cinco periodos de heladas en los campos al cultivo de sorgo y maíz forrajeros, así como de algodonero y la ya creciente plantita del cultivo de avena que se da precisamente en temporada invernal, que requiere horas frío para que se desarrolle convenientemente y se obtenga una producción de calidad», indicó el productor agrícola del sector social, Roberto Godínez Guerrero, del ejido El Cambio, de este municipio.
«Aunque le voy a decir, que el cultivo de avena, ya tiene muchos años que nada más los pequeños propietarios lo siembran en esta temporada, mientras que, el sorgo, el maíz forrajeros, así como el melón, la sandía y el algodón, lo sembramos los agricultores del sector social que apenas estamos preparando nuestras tierras, barbechándolas, nivelándolas y arándolas, para que se «oxigenen», y en este caso, que la helada se profundice, cuando menos unos 15 centímetros para que, de alguna manera elimine plagas y/o las raicillas de la maleza; que permita un buen crecimiento de las plántulas», expresó.
Aunque seguramente, no descartó que durante el desarrollo de sus cultivos, unos 3 o 4 meses más, se presente algún hongo o plaga, pero en bajo volumen, gracias a las heladas, la aparición de las plagas podrían reaparecer, porque de acuerdo con los pronósticos del clima, también se van a registrar altas temperaturas en la región, pero Godínez Guerrero consideró que podrían ahorrarse, o gastar menos en fungicidas, herbicidas e insecticidas, dentro de la inversión que hacen los agricultores matamorenses cada año.
«Mira Domingo, en lo que yo sé que afectaron las heladas, fue en el follaje de los árboles y plantas de ornato, tales como: Mazahuas, lilas, bugambilias, entre otras que dan bonita imagen a las viviendas, o que dan sombra, a ellas, si les afectaron las bajas temperaturas registradas en los últimos tres o cuatro días, que probablemente hayan «muerto», que ya no se reproduzcan, pero esa situación no afecta tanto, porque se pueden volver a comprar y replantar, no así a los campos agrícolas donde, estamos hablando de que se invierte mucho dinero y es para beneficio de la comunidad; además, tengo entendido que esa afetación, nada más se dio en el medio rural, donde los asentamientos humanos están más expuestos a la intemperie», finalizó el agricultor matamorense del sector social.