Por Isidro García
ESTEBAN VILLEGAS, EL GOBERNADOR INDOLENTE
La reciente denuncia por extorsión de la empresa Tecnobrick, S.A. de C.V., situada en el municipio de Gómez Palacio, dibujó de cuerpo entero a Esteban Villegas Villarreal como un gobernador indolente.
En lugar de andar de simplón y frívolo cantando, Villegas debería ponerse a gobernar para garantizar la seguridad personal y patrimonial de los ciudadanos y de quienes invierten y dan trabajo a los duranguenses.
El mandatario estatal de las cuentas alegres se exhibió con el reciente bloqueo a las instalaciones de Tecnobrick por parte de integrantes del Frente Unido de Pueblos de La Laguna en Defensa de la Vida, el Territorio y el Agua, que dirige Bernardino Ochoa Camacho.
Quien también quedó expuesto fue Héctor Vela Valenzuela, el secretario de Gobierno, el secretario florero.
Con lo sucedido y con la inacción de Esteban Villegas y de Héctor Vela, se ha sentado un pésimo precedente, otro más, en este Estado que no garantiza la certidumbre jurídica a los inversionistas.
Pero vayamos por partes.
La empresa Tecnobrick, S.A. de C.V., por conducto del abogado Gerardo Pérez Velasco, denunció hechos que considera delictivos al señalar que el 19 de noviembre fueron bloqueadas sus instalaciones por parte de 14 personas dirigidas por Bernardino Ochoa Camacho.
El representante legal asentó en la denuncia que Ochoa le dijo que el bloqueo lo realizaban porque la empresa no había accedido a entregar el millón de pesos que se les había exigido para cubrir a la señora Anna Gabriela Ortiz Cruz, por el fallecimiento por accidente de trabajo sufrido por el esposo de ella, José Alonso Reyes Flores.
Pero vayamos al grano.
El gobernador que canta pero no gobierna como en este caso, no movió ni un solo dedo para lograr una solución como tampoco ocurrió con el secretario de Gobierno.
El resultado de esto fue que la empresa tuvo que ceder aunque no con la entrega de un millón de pesos pero sí como el pago de una entrega vitalicia mensual de 12 mil pesos, entre otras acciones.
¿Así o más indolente el gobernador de Durango?
HÉCTOR VELA, EL SECRETARIO FLORERO
Los gobernantes, desde la Presidencia de la República, la gubernatura y hasta las alcaldías, tienen a colaboradores que, se supone, deben ayudarles a resolver problemas antes que generarlos.
La Secretaría de Gobierno –similar a la Secretaría de Gobernación a nivel federal- tiene, entre otras funciones, la de fomentar la convivencia armónica, la paz social, el desarrollo y el bienestar de los ciudadanos.
Sin embargo, al ingeniero Vela no le importó el tema de la empresa pese a los riesgos provocados en la empresa, a que se estaba afectando a una empresa y a que se ponían en riesgo los empleos.
Ahí le va.
Nadie sabe si Vela está enfermo.
Nadie sabe si Vela “está o no está”.
Nadie sabe si Vela se deja ver o si es un secretario fantasma.
Ni nadie sabe si está sólo de secretario florero, de adorno pues.
Héctor Vela Valenzuela cambió drásticamente de cuando era subsecretario de Gobierno en La Laguna de Durango y ahora que es secretario de Gobierno.
Lo cierto es que el caso de Tecnobrick hizo ver a Héctor Vela como un secretario florero.
SE SIENTA UN PÉSIMO PRECEDENTE
Con casos como el de Tecnobrick se sienta un pésimo precedente en materia económica o de inversiones.
De qué sirve que las autoridades vayan a donde vayan, a cualquier continente, a promover las inversiones si no se da certidumbre jurídica a las empresas.
Y es que las autoridades, el gobernador y el secretario de Gobierno, no intervinieron para solucionar el problema de la empresa y ésta se vio obligada a resolverlo por su cuenta.
Las autoridades estatales tienen a las instituciones y a los funcionarios para hacer valer la ley pero en este caso no lo hicieron.
Los particulares pueden recurrir a instancias diversas para reclamar sus derechos pero las autoridades permitieron hacer justicia por mano propia.
Nos leemos mañana si Dios quiere.
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