Por Isidro García
LOS “TRAICIONEROS” DE ZERMEÑO I
Para tratar de limpiar un poco su imagen, lo cual resulta un poco complicado, o si se quiere para salir lo menos raspado de su pésima administración municipal, el alcalde de Torreón, Jorge Zermeño Infante, trae un costal lleno de culpas y las anda repartiendo por todos lados.
Y no, no trato de defender a quienes Zermeño llama “traicioneros” y les carga casi creo todos los males de una administración municipal que le falló de a feo a los ciudadanos con malos servicios públicos, con ninguna obra relevante, con proteger y solapar a los pésimos funcionarios y sobre todo por tener un manejo discrecional de las obras en las que sus hijos metieron las manos para favorecer a determinados constructores.
Sin embargo, el principal responsable de la administración municipal que está terminando en un bonito desorden, es el propio Zermeño Infante, quien hizo gala de soberbio, arrogante y prepotente, por haber obtenido la votación más alta en la historia de la ciudad.
Básicamente, el alcalde llamó “traicioneros” a los regidores que eran del PAN, aquellos que aunque estuvieran mal lo apoyaron durante poco más de tres años (en la administración de un año y en poco más de dos años de la administración de tres años) y que le dieron la espalda en el último año a grado tal de que le rechazan las cuentas públicas y no le aprueban algunas cosas.
Zermeño acusa de “traicioneros” a los regidores José Ignacio García Castillo (primer regidor), Esteban Soto Durán (quinto regidor), Rosa Isela Gallegos Barbosa (sexta regidora) y Javier Gómez Ledesma (séptima regidora).
Esos regidores renunciaron al PAN y unos se declararon independientes, aunque en los hechos apoyaron al también expanista Luis Fernando Salazar Fernández, en sus intenciones de ser alcalde de Torreón.
Pero bueno, dicen que quien siembra vientos cosecha tempestades y esto fue lo que hizo Zermeño con sus acciones que generaron consecuencias.
LOS “TRAICIONEROS” DE ZERMEÑO II
Por un lado, Zermeño privilegió a sus más cercanos, a los que él quiso, y relegó a todos los demás.
Además de los regidores que se le salieron del huacal, el que prefirió irse desde hace tiempo fue Hernán Sirgo Ortiz, quien dejó la Tesorería Municipal porque se decía que los hijos de Zermeño hacían y deshacían en la dependencia y en otras dependencias en los temas de obras públicas y en el pago de facturas.
Zermeño protegió a muchos, a Sergio Lara Galván, secretario del Ayuntamiento, quien fue una figura decorativa como alcalde interino cuando Zermeño pidió licencia para separarse del cargo para ir en busca de la diputación federal por el Distrito 5 que perdió.
Zermeño solapó, protegió y protegió a Pedro Luis Bernal Espinosa, quien tuvo un desastroso trabajo como titular de la Dirección de Tránsito y Vialidad, cuyos elementos cometieron abusos, excesos y atropellos en contra de los conductores, a algunos de los cuales les dieron tremendas madrizas.
Zermeño protegió una y otra vez a Rolando Anaya Araujo, quien también se vio obligado a renunciar a la Dirección de Inspección y Verificación, luego de verse envuelto en varios escándalos como cuando chocó en estado de ebriedad a bordo de un vehículo oficial.
El alcalde protegió a Primo Francisco García Cervantes, quien como las trabajadoras domésticas, se fue por la puerta de atrás luego de haber sido un invisible titular de la Dirección de Seguridad Pública Municipal y cuyo hijo se vio envuelto en un escándalo con los elementos de Bernal Espinosa, situación que nunca fue aclarada.
Protegió una y otra vez, sabrá Dios porqué, a Antonio Loera López, a quien apenas removió de la Dirección de Servicios Administrativos a la Dirección de Mantenimiento Urbano, pero le permitió seguir con los negocios como el de la remodelación de la calzada Colón en la que se invirtieron cantidades millonarias pero la obra no gustó a los ciudadanos.
Zermeño protegió al nefasto Elías Agüero Díaz Durán, a quien sostuvo a viento y marea como titular de la Dirección de Arte y Cultura, pese a un gris papel y a los abusos que cometió en contra de los trabajadores de la cultura.
Zermeño protegió al titular de Ordenamiento Territorial y Urbanismo, Aldo Villarreal Murra
Tampoco se olvida que Zermeño protegió a Carlos Cristóbal Cruz Vera, quien se fue de la Dirección de Garantías Municipales y Parquímetros bajo sospechas de corrupción ya que se le acusaba de “clavarse” el dinero del pago de las infracciones.
Finalmente, hay que decir que Zermeño nada dice de los “traicioneros” que trabajan con él y por los cuales se han presentado denuncias penales por parte de la Auditoría Superior del Estado de Coahuila.
Nos leemos mañana, Dios mediante.
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