Por Isidro García
El proyecto Agua Saludable para La Laguna (ASLL) va a paso lento por la problemática que sigue representando y así fue reconocido por el Presidente Andrés Manuel López Obrador en su visita del viernes 12 de agosto a la comunidad de San Jacinto en Lerdo, Durango.
Cuando lo deseable es que el proyecto fuera viento en popa, la realidad es que las cosas van demasiado lentas a grado tal que hay quienes estiman que la obra no será terminada en el 2023 y en un descuido ni en el 2024 que es cuando López Obrador termina su sexenio.
Dicen que lo que mal empieza mal acaba y esto lo que ha estado pasando con el tan cuestionado proyecto por la incompetencia e ineptitud, así como de la arrogancia y ambición, del director general de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Germán Martínez Santoyo, y del director general del Organismo Cuenca Cuencas Centrales del Norte de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Eduardo Aarón Fuentes Silva.
Tanto Martínez como Fuentes aparecen como proclives a los negocios por aquello de la opacidad en la asignación de los contratos millonarios de la obra, además de consolidarse como los protectores de los grandes ganaderos lecheros y particularmente a las “vacas sagradas” de Lala, a quienes se les señala como los saqueadores del acuífero.
Pero bueno, en breves declaraciones a la prensa, el Presidente señaló que el proyecto se concretará en los tiempos establecidos, es decir, en diciembre del próximo año, aunque aclaró que esto será posible “siempre y cuando lo permita la gente y los caciques”.
Los problemas se dejan entrever cuando el Presidente apuntó que “hay mucha politiquería y los corruptos no dejan trabajar”.
Afirmó que se cumplirá con los compromisos de inversión de tecnificación de riego y dotación de agua rodada, “todo se va a apoyar, pero se tiene que ayudar porque hay mucho cacique en La Laguna, cacique político y mucha gente corrupta, no el pueblo sino algunos gobernantes, políticos y gente que se ha dedicado a saquear».
Recalcó que pondrá lo que esté de su parte para que el proyecto se concluya en tiempo y forma, “porque no pueden estar tomando agua con arsénico, esto produce enfermedad, sobre todo a los niños, entonces, los corruptos, caciques, políticos de La Laguna se oponen pero yo voy a seguir insistiendo”.
Así las cosas.
SIGUEN LAS MALDITAS DUDAS

Vale la pena volver a insistir en mi opinión de que no se está en contra del proyecto pero sí en contra de las formas y prácticas que lleva a cabo la dependencia a través de Germán Martínez Santoyo y su equipo de trabajo avasallando a quienes preguntamos y/o tenemos dudas sobre algún componente del citado proyecto.
Desde siempre, Germán Martínez ha tratado de vender la idea de que todo está bien cuando la realidad es que sigue habiendo problemas.
A estas alturas del proyecto, siguen las malditas dudas que la Conagua de Germán Martínez Santoyo no aclara ni transparenta. Ahí les va:
¿De dónde va a salir el agua para el proyecto “Agua Saludable para La Laguna”?
O preguntado de otra manera: ¿De dónde van a sacar el agua cuando no haya agua en la presa?
¿Es Eduardo Tricio Haro o el Grupo Lala el representante del Gobierno Federal y más específicamente del Presidente de la República para conseguir los volúmenes de agua para el proyecto y ser el interlocutor ante los grupos productivos agropecuario?
¿Si Conagua México dijo que no había agua disponible en la cuenca, de dónde sacó Germán Martínez la disponibilidad de 43.2 millones de metros cúbicos para el proyecto?
Esto, sin duda, va afectar la disponibilidad cada año en el ciclo agrícola en el Distrito de Riego 017 con y sin tecnificación, lo que es un uso indebido de atribuciones y facultades de los servidores públicos que debería ser revisado por la Función Pública y la Auditoría Superior de la Federación.
¿Por qué no se informa de quién es el agua que está aportando el señor Eduardo Tricio? ¿Hay algún problema para hacerlo trasparente todo lo que se aporte al proyecto?
¿Cuál va a ser la figura bajo la cual va operar este proyecto y su mecanismo de operación entre la Federación y los Estados y la Federación, los Estados y los Municipios?
¿Cómo se van a determinar los costos del suministro, su actualización y qué criterios van a prevalecer para el sector rural y el sector urbano?
¿Se van a respetar las dotaciones que hoy se tienen concesionadas a cada municipio?
En fin, esas siguen siendo algunas de las malditas dudas que nadie responde y que en parte generan la inconformidad de los ejidatarios a los que se le prometieron volúmenes de agua, indemnizaciones y apoyos para tecnificación que hasta ahora no les han cumplido.
Nos leemos mañana, Dios mediante.
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