Por Isidro García
EL PLEITO DE HUGO DÁVILA
El pleito del viernes entre el coordinador de Mejora en Torreón, Hugo Dávila, y el director de Transporte Público Municipal, César Armando Alvarado Mendoza, fue la comidilla durante el fin de semana.
Dicen que para que haya pleito se necesitan dos y esos dos fueron Hugo y César, ambos que cojean de la misma pata, por aquello de que los dos son de mecha corta.
Por donde quiera que se le vea, estuvo mal que ambos funcionarios, uno estatal y otro municipal, hayan dado el espectáculo a unos metros de donde se encontraba el alcalde Román Alberto Cepeda González en el marco de una brigada en la colonia Tierra y Libertad.
Hugo le advirtió a César que no le tocara a su gente que tiene en Transporte Público Municipal como también la tiene en otras dependencias municipales a pesar de que él es funcionario estatal.
Porque no es ningún dejado y porque también es “medio especial”, Alvarado le contestó a Dávila de la misma forma en la que fue encarado, lo que llamó la atención de otros funcionarios municipales pero sobre todo de los vecinos de la zona que acudieron a la brigada presidida por Román Alberto.
Por ahí intervinieron para calmar los ánimos, primero, Ariel Martínez Mendoza, el jefe del Gabinete, y después José Ganem, el secretario del Ayuntamiento.
Hugo no le hizo caso a Ariel pero sí a Ganem, quien argumentó que no era el lugar ni las formas para tratar un tema de esa naturaleza en el marco de un evento público.
Las cosas no pasaron a mayores entre Hugo Dávila y César Alvarado, quienes se hallaron el uno para el otro.
El caso es que los dos pierden pero aún más Hugo Dávila, quien es el coordinador de Mejora en Torreón y como tal es un representante del Gobierno del Estado.
No sólo eso, el funcionario estatal ha venido haciendo carrera y tiene aspiraciones. Una cosa de estas puede afectar o inclusive echar a perder su carrera política, lo que parece no entender Hugo Dávila.
LA DISCRECIÓN, REGLA NO ESCRITA
Una actividad discreta, reservada pero sobre todo respetuosa, es parte de una regla no escrita en política.
Si el gobernador o el alcalde va a encabezar un evento, si está hablando ante la gente o si está haciendo declaraciones a la prensa, sus funcionarios deben comportarse y de entrada no deben ser entrevistados mientras su jefe hace lo suyo.
Mucho menos esos funcionarios deben protagonizar escandalitos como el del viernes en la Tierra y Libertad.
Hugo Dávila y César Alvarado, los dos, perdieron en este desencuentro porque faltaron a esa regla no escrita en política.
Faltó poquito para que de los gritos y sombrerazos pasaran a las manos cuando el asunto pudo tratarse en otro lugar e incluso con distintas personas.
Pero bueno, quién sabe si lo ocurrido el viernes les sirva de lección a los dos que pueden perder lo que tienen por andar de luciditos.
PREGUNTILLA LEGISLATIVA
¿Quién es el diputado local coahuilense que se vio envuelto en un penoso accidente vehicular?
Nos leemos mañana si Dios quiere.
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